Jasper Huysentruyt: "Para tocar hay que sentirse agradecido y estar gozando"

Animales en la vía

Jasper Huysentruyt: "Para tocar hay que sentirse agradecido y estar gozando"

Su primer piano tenía la mitad de las teclas malas y en algún momento de su vida pensó que iba a ser biólogo, ornitólogo o paleontólogo. Jasper, el belga que llegó a Chile el año 2011, ya es un reconocido pianista del circuito nacional y presenta su disco en el contexto del Festival de Jazz Animales en la Vía.
¿Cómo fue tu acercamiento a la música y al jazz?
No soy de familia de músicos, pero mi papá y hermanos tocaban violín. Mi papá organizaba un festival de música folclórica en Heule, el pueblito donde pasé mi infancia, y en mi familia se alojaba a los músicos. Ahí es donde tocaba con músicos de muchas partes, y creo que aprendí de eso. Siempre tuve varios intereses pero me dediqué a la música porque lo había hecho constantemente desde que comencé a los 6 años a tocar el piano en casa de una vecina y a los 9 años empecé con piano clásico.
Siempre me ha gustado la improvisación, antes de descubrir el jazz tocaba mucho blues y boogie woogie. Entre los primeros discos de jazz que he escuchado están The cure de Keith Jarret trío, Blue Train de John Coltrane, Kind of blue, de Miles Davis, y un disco de Jobim.
Cuando salí del colegio me fui a estudiar a Gent. Fue una buena época, porque uno entra a un conservatorio y eso te conecta con otros músicos. Pasaba días escuchando música y tocando. En Gent formé mi trío. Además tuve la suerte de estudiar con un excelente pianista, Erik Vermeulen. Habían jam sessions semanales en varios boliches. Me acuerdo algunas jam sessions en el hot club de Gent, donde se tocaba swing y manouche los domingos y free jazz los miércoles, que duraban de las 9 de la noche hasta las 5 de la madrugada.
También dí clases de Jazz piano en el Conservatorio de Kortrijk y la Academia de Harelbeke, cosa que hice hasta venirme a Chile
¿Cómo te insertaste acá en el circuito del jazz?
Toqué primero con los hermanos Manuschevich cuando llegué. Estuve mucho en La Serena sin conocer músicos. Luego me conecté con Rodrigo Cuturrufo, y saqué mi primera pega. Luego me fui a Valdivia, donde era más difícil. Y en Santiago empecé a tocar con Cristian Cuturrufo. Por el momento toco con el trío y con Roberto Lecaros, entre otros.
Háblanos del disco que presentarás
El disco se llama Condors . No hice el disco con un concepto, pero al final resultó ser como una historia. La música está muy inspirada por lo que he vivido y por la naturaleza. Incluye unos pocos temas que había escrito cuando vivía en Bélgica y el otro es material nuevo escrito acá. Hay un standard y un arreglo contemporáneo de un tema de Jacques Brel “La chanson des vieux amants”. Destaco también Valdivian forest tales, una canción inspirada por la selva de Valdivia y que tiene sonidos de aves. Saltos es un tema bop… Y en cuanto al trío, es importante decir que tiene 11 años por lo que ha tenido varios integrantes. Ahora que estoy en Chile me acompañan los músicos Nelson Arriagada en el contrabajo y Cristóbal Massís en la batería.
¿Por qué decidiste llamarlo Condors?
El cóndor es un ave muy especial, es el emblema de Sudamérica. Muchos países tienen uno en su escudo, Colombia, Chile, Perú, Ecuador. El cóndor representa una cosa distinta del águila de Estados Unidos, es la contraparte del hemisferio norte. Además, el cóndor está ligado a la conexión con la muerte y la eternidad. Si ves cómo vuelan esas aves, te puedes transportar a otro lado. Pero yo llamé el disco así porque ví cóndores volando y me inspiró, nada más.
Como extranjero nos interesa tener tu visión de la escena del jazz en Chile
La escena del jazz en Chile está en una explosión total. Hay muchos jóvenes que se sienten atraídos por esta música que es un lenguaje universal que permite conectarse con personas. Encuentro que somos músicos, no me gusta tanto la palabra jazzista, lo encuentro un término que pone límites.
Ya que me pides las diferencias con Europa, acá no hay mucho freejazz o avant garde y hay más bandas de fusión.
¿Y qué ves de nuestros pianistas?
Cada uno hace su propia música. Mientras más diversidad hay entre los pianistas más interesante se vuelve todo. El entusiasmo que se nota acá por el jazz es algo muy positivo.
¿Cómo experimentas tú la música a la hora de tocar?
Para tocar hay que sentirse agradecido y estar gozando. Lo veo como una meditación y un estado de felicidad, pero también observando, como cuando no hay interferencia racional, y tocar es como un ritual. Los mejores conciertos son los en que la música fluye por sí misma.

  • Lanzamiento disco «Condors».
  • 29 de Abril / 21hrs. / Sala A1 GAM / 4to Ciclo de Jazz Animales en la Vía.
  • Entrada: General $5000 Estudiantes y Tercera Edad  $3.000.